Drogas

Hay bastantes cosas que aclarar con respecto a las drogas, la primera de ellas es que el chico que consume, o el adicto no es un criminal. Esto es la piedra fundamental a la hora de hablar de este tema y por otro lado, es muy importante el mensaje que el Estado da a la sociedad con respecto a la despenalización de la misma porque pareciera que hay varios mensajes que éste está dando, es decir, el poder ejecutivo (Ministros y Ministros de justicia que conforman la Suprema Corte) son los responsables de darnos lo que sería el mensaje adecuado a la nación. En este caso, pudiésemos asumir que según la manera como se está manejando, despenalizar significa desentenderse del ciudadano y nos está convirtiendo en responsable de las consecuencias que esto puede traer y que todavía no hemos visto. También es importante preguntarse qué significa despenalizar ¿que la droga es buena?. Particularmente no he visto ni a ministros, ni a jueces ser categóricos y determinantes al decir que la droga destruye y mata, simplemente de lo que he escuchado hablar es de la importancia de despenalizar al que tiene droga en su bolsillo. Tampoco escuché a nadie hablar de lo nocivo, degradante y destructivo que es la droga. Por otro lado, es indudable la vinculación que la droga tiene con otros elementos importantes como la delincuencia, la violencia, el robo, el asesinato y eso también es importante para poner en la balanza, porque de otra manera la sociedad, la gente simple, común, como vos y yo parece que no entendemos, como si éstas autoridades se convirtieran en burócratas abstraídos de la realidad detrás de un escritorio, detrás de un micrófono, o de una cámara donde no escuchan a la gente que está sufriendo a raíz de esto. Por ejemplo, no he visto que llamen a las madres de adictos o a estos mismos chicos para saber qué opinan a cerca de esta decisión tan importante y de la misma manera poner sus historias y opiniones en la balanza. Los mensajes que se dan pareciera que dijeran: “está bien que tengas en el bolsillo lo que te lleva a la muerte, aunque para comprarlo hayas conseguido dinero robando o prostituyéndote” A excepción de Holanda, todos los países que despenalizaron o legalizaron la droga regresaron a sus anteriores esquemas.
En la Argentina, la ley actual dicta que la tenencia de uso personal por alguna dependencia física o psíquica de esa sustancia, el juez puede imponer una medida de seguridad curativa, es decir que ese tratamiento de rehabilitación va a tener un tiempo estipulado que será el necesario y de esa manera el juez deja en suspenso la pena que le correspondería, así que según la ley que tenemos hoy en día, el juez puede no condenar a aquel que considere.
Muchas veces escuchamos anuncios que nos recomiendan usar el cinturón de seguridad pero ¿Por qué el estado se introduce (de alguna manera) en una decisión personal, si al final de cuentas soy yo el que se mata? ¿Hasta dónde llega la órbita del Estado en la incumbencia de lo personal? aunque esté comprobado que usar el cinturón de seguridad te salva la vida, si realmente uno dijera: “es la vida del otro” y le deja libre que tenga o no droga, entonces yo también podría conducir libremente sin cinturón. Lo que pasa es que el Estado no puede deslindarse de la responsabilidad del individuo. En la Argentina, la mayoría de las provincias no tienen sistema de recuperación de adictos, entonces, al mismo momento de despenalizar esto, ¿de qué manera vamos a asistirlos? Así mismo, si hablamos de la despenalización de la tenencia para consumo personal, ¿de qué cantidad estamos hablando? ¿para una noche? ¿para un día? ¿para una semana? ¿da igual manera la marihuana, la cocaína, el paco o el éxtasis? Además, se crean otras interrogantes a raíz de estas anteriores ¿puedo consumir en el auto? ¿puedo consumir en el aula? ¿en la cancha? Porque quizá solamente se pueda consumir en lugares privados, pero luego, muchas veces, las consecuencias se evidencian en lugares públicos y estas son preguntas que tampoco he escuchado responder.
Por otro lado, podemos darnos la libertad de pensar que el que roba o mata bajo efectos de la droga, ¿será entonces imputable?, todo esto sin mencionar el verdadero problema o problema de trasfondo que es la lucha contra el narcotráfico, en el que uno sabe que el mercado de la droga no puede desarrollarse sin la complicidad de ciertos niveles de la política y de la policía. Desde 1990 al año 2000 se ha duplicado o más que duplicado la cantidad de personas adictas a la marihuana. Se hablaba de más de cincuenta millones de personas en los años 90 y de ciento ochenta millones de personas para el año 2000. Así que me parece que todo esto debe ser parte de la discusión, recordemos que comencé diciendo que un adicto no es un criminal, pero creo que con la despenalización el Estado se desvincula de la relación con el individuo.
En Catedral de la Fe venimos trabajando con el centro Josué, un centro de rehabilitación que recibe diariamente muchos jóvenes, y además existe la red Programa Vida que lidera más de 100 centros de rehabilitación en todo el país. Todas estas son iniciativas de ONG donde no contamos con ningún aporte de recursos del Estado, en el que está comprobado científicamente que los centros de rehabilitación que cuentan con mayor éxito tienen pautas o están liderados por chicos que salieron y tienen creencias cristianas. En ningún momento yo he escuchado “vamos a convocar a aquellos que están haciendo un trabajo y que lo están haciendo bien, para que nos ayuden” que me parece un elemento importante, porque si alguien está caminando en la cuerda floja y encima le sacas la única red de contención que tiene me parece que va a ser preocupante la consecuencia que va a tener en los años siguientes.
La palabra adicción significa sin - dicción, y particularmente me sorprendió descubrirlo, porque es aquel que comunica aunque no puede hablar y cuando tratás con chicos adictos, te das cuenta que en la mayoría de los casos tienen están relacionados con conflictos no resueltos que no tienen la capacidad de poder comunicarlos, de ahí viene la adicción.
Cuando ayudamos a estos chicos lo hacemos a través de unos retiros de autoayuda donde llevamos a una persona durante tres días con charlas y con momentos de meditación. Recuerdo que finalizado uno de estos retiros, se acercó un joven ya grande y me contó que ahí pudo reencontrarse con él mismo, con su familia, con Dios y además pudo solucionar y desvincular el poder que la droga tuvo sobre él. Me comentó que en una de las charlas él había tenido una especie visión de si mismo años atrás, en el que había llegado al punto disparador de su problema que era el siguiente: Cuando tenía unos 5 o 6 años de edad el papá tenía una maravillosa costumbre, todos los días, antes de irse a trabajar pasaba por la cama y le daba un beso y luego entonces se iba, pero de repente un día el papá estaba apurado y la mamá le dice antes de que se vaya a su trabajo “¿no vas a despedirte del nene?” y el le dijo: “mirá, estoy muy apurado, igual nos vemos más tarde por el cumpleaños. Estamos juntos, como familia...” pero esa noche el papá no vino. Lo secuestraron y estaba desaparecido en esa época tan triste de la depresión, así que no pudo llegar para celebrar el cumpleaños de su hijo. Entonces, este joven me comentó:
“Pastor, yo regresé a ese momento, a ese beso que me faltó y en un momento de meditación sentí que Dios vino y me lo dio” y dijo: “después que supe qué pasó exactamente, no recurrí más a la droga”. Mas adelante yo nombré esa charla “el beso de Dios”. Esta historia no solamente me pareció linda, sino que me llevó a reflexionar en que siempre hay situaciones, bien sea familiares, personales, vacíos que cuando logramos completar ya no necesitamos más de la droga y podemos sentirnos totalmente completos.

Recuerdo un profesor de la universidad que en una charla hizo una mención que a mi me quedó grabada, el dijo: “presten atención ¿cuánto come un animal? Lo necesario. ¿cuánto bebe un animal? Lo necesario ¿cuánto se relaciona sexualmente? Lo necesario.” luego de haber dicho esto, fue a la vida del ser humano, entonces, preguntó otra vez: “¿cuánto come el ser humano? En realidad puede ser sin límite. ¿cuánto puede beber? Hasta caer borracho ¿cuánto se relaciona sexualmente? Parecería que sin límite también” La reflexión iba a ¿qué está buscando el ser humano a través de lo perceptible? Pareciera que uno trata de llenar un vacío interior que no se puede llenar con nada. Luis Pascal, un filósofo y físico dijo que dentro del corazón del hombre hay un hueco que tiene la forma de Dios y esto lo vinculaba con lo que dijo este profesor de la universidad. Muchas veces uno piensa por la percepción del comer, del beber y del área sexual que tiene que ver con lo que hace al mundo perceptible, uno trata de llenar un vacío que está aún más profundo y que es inalcanzable: el área espiritual. El plano de lo sensorial y lo perceptible llega hasta un nivel, pero no puede llegar al nivel más profundo que es lo espiritual. Ese lugar que es el único que te puede dar un sentido de existencia, de valor, de propósito, de motivo, porque cuando logramos conectar con lo espiritual, definitivamente se llenan todos los vacíos.
Me ha tocado hablar con cientos, casi miles de chicos adictos y con esas mamás que se preguntan “¿por qué no lo deja?” y puedo ejemplificarlo de esta manera: si un perro tiene un hueso y se lo querés sacar, el perro te va a morder, pero si luego le ofreces un hueso con churrasco, el perro no es tonto, inmediatamente suelta el hueso que tiene para poder tomar este otro. Así pasa con la vida del hombre, a veces lo único que tiene el adicto es la droga y el momento de gratificación y placer, pero cuando puede encontrar algo que lo sacie interiormente, que lo hace reencontrarse con el propósito de la vida, con el sentido y se siente pleno, finalmente logra abandonar la adicción, aún sin entender mucho cómo puede ser este proceso. Muchos piensan que “orando” nada más, es imposible dejar la droga, pero yo quiero decirte que sí se puede y que realmente cuando uno encuentra el propósito y el sentido de la vida se puede dejar la droga.
Cuando abrimos el corazón a Dios, lo estamos abriendo a una persona, porque Dios es más que un ente, es una persona que nos guía a reconectar con el propósito y el sentido de la vida. La palabra espíritu en el griego significa respiración y es la marca que distingue la vida de la muerte y cuando Dios creó al hombre, sopló en su nariz espíritu de vida, y justamente lo que nos da vida es ese aliento de Dios, esa comunión con él. Es un milagro inentendible para la razón que muchas personas adictas necesitan y se atreven a tomar.

Dios te bendiga enormemente,
Pastor Osvaldo Carnival

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